Pelaje de los osos polares
Cada ser vivo posee su organismo y sus hábitos en función del entorno donde vive. Son esos los mecanismos básicos que les permiten subsistir en climas y geografías específicas y que difieren a las de otros ejemplares.
Tal es el caso del oso polar, un animal que sobrevive en temperaturas muy frías, imposibles de resistir para otros seres vivos como el hombre sin la previa preparación.
Para ello, los osos polares cuentan con una gruesa capa de grasa que le permite protegerse del frío, así como mantenerse hidratado en los momentos en que la comida escasea.
La piel de los osos polares es negra y la capa de grasa anteriormente descrita puede llegar a medir alrededor de 4,5 pulgadas, lo que evita que el ejemplar pierda calor tanto en sobre la parte superior del hielo marino como en el agua.
El hecho de que sean los adultos quienes entren al agua a cazar y no los jóvenes se relaciona con el hecho de que la capa de grasa de estos últimos no es tan gruesa como para protegerlos correctamente de las bajas temperaturas del agua.
Sobre la piel de este ejemplar se encuentra otra densa capa de pelos, de diversas longitudes, que actúa a modo de aislante. Cada uno de los cabellos del oso carece de pigmentos y tiene un núcleo hueco, capaz de reflejar la luz de manera similar a como ocurre con la nieve y el hielo.
Normalmente, el pelo de los osos polares se hace notar como blanco, más cuando recién culmina la etapa de muda y se encuentra limpio. Sin embargo, estos osos también pueden lucir una ligera coloración amarilla; esto debido a la grasa que sobre su pelo se acumula tras comer focas y otras presas.
¿Por qué su pelaje es blanco?
El hecho de que la piel de los osos polares sea negra y que su pelaje se advierta blanco suscitó curiosidad en el mundo de la ciencia por mucho tiempo.
La respuesta fue encontrada en la reflexión, es decir, en el hecho de que el pelo es transparente y proyecta la luz que llega hasta él, tal como lo hace el hielo y la nieve.
El hecho de que el pelo del oso polar refleje la luz ha provocado que en muchas ocasiones se hayan visto osos con pelaje verde. Esto es causado por el reflejo del color de las algas que se alojan y crecen en los ejes de su pelo hueco. Vale aclarar que esto solo es común cuando el oso polar vive en zoológicos donde las temperaturas son más cálidas y permiten el crecimiento de las algas; esto nunca llega a suceder en el Ártico.
Reflejar la luz solar en los pelos es de suma importancia para los osos; es una forma de supervivencia. Y es que el verse blanco le permite al animal confundirse con la nieve y pasar inadvertido ante sus presas. De esta forma, el animal se camufla y puede cazar y por consiguiente alimentarse.
Si bien el pelo del oso polar lo protege del frío, es la capa de grasa que posee bajo su piel un arma potente contra las bajas temperaturas. Y es que es la grasa la que hace que el agua sea absorbida por los pelos y estos se sequen rápidamente tras sacudirse un poco.
