Comportamiento de los osos

Comportamiento de los osos

Entender el comportamiento de un oso es parte esencial en la creación de un ambiente seguro tanto para el hombre como para el propio animal en cuestión. En la mayoría de los casos, este comportamiento es malinterpretado, y las personas asumen la actitud de un oso en base a su propio miedo. Para entender la conducta de estos animales, es necesario interpretar sus posturas y sus vocalizaciones en términos de lo que un oso puede temer.

Tal comportamiento en los osos puede tener un carácter predecible. Cuánto más se pueda aprender acerca de estos animales y cómo se manifiestan, menos probabilidades existirán de experimentar un encuentro negativo o malinterpretar sus interacciones.

Los osos no son animales feroces por naturaleza

Lo primero a tener en cuenta, es que los osos no son animales feroces por naturaleza, como tampoco son maliciosos. Los osos son generalmente tímidos, y prefieren retirarse a tener que interactuar con los humanos. A menos que se vean obligados a permanecer cerca de las personas para estar cerca de una fuente de alimentos, normalmente elegirán evitarlas.

Al igual que los humanos y otros animales, los osos poseen un “espacio crítico”, que podemos entender como un área a su alrededor que deberán defender. Una vez que una persona ingresa al espacio crítico de un oso, este se verá forzado a actuar, ya sea para huir o mostrarse agresivo. El tamaño de este espacio crítico varía según la especie de oso y la situación en que se encuentre.

Comportamiento de los osos pardos

Supervivencia de los osos negros y pardos

Aunque los osos negros y pardos comparten algunos rasgos comunes, es importante entender las diferencias en el modo de actuar de estas dos especies ante las amenazas percibidas. Cada especie ha evolucionado diferentes estrategias de supervivencia, y en este sentido, los osos negros, por ejemplo, suelen ser menos agresivos y tolerantes con las personas. A menudo, estos animales viven cerca de los asentamientos humanos, mientras que los osos pardos prefieren mantenerse alejados y con frecuencia son extinguidos localmente en estas áreas pobladas.

Por su parte, los osos negros son excelentes escaladores. Generalmente, cuando se ven amenazados, huyen del peligro o trepan a un árbol. En el caso de las madres, si los cachorros se encuentran fuera de peligro, estas no mostrarán una actitud defensiva. Aunque los osos negros tienden a retirarse ante la presencia de humanos, no dejan de ser animales muy fuertes que pueden causar lesiones.

Comportamiento de los osos pardos

Actualmente, los osos pardos tienden a vivir en bosques costeros y montañosos, pero su evolución nos indica que partieron de un hábitat sin árboles, lo que explica a su vez su respuesta conductual ante las amenaza. Por ejemplo, son más propensos a protegerse ante cualquier señal de peligro, y aunque su primera línea de defensa es la retirada, algunos ejemplares, especialmente las madres con sus crías, pueden ser muy agresivos con otros osos y seres humanos que puedan percibir como amenazas.

Los osos pardos no son buenos trepadores de árboles, aunque es importante que sí pueden hacerlo en determinadas circunstancias. Por ejemplo, cualquier ejemplar de oso pardo defenderá agresivamente sus crías en el suelo en lugar de enviarlos a las alturas de un árbol, como sí sucede en el caso de los osos negros.

Osos, animales curiosos

Por lo general, los úrsidos son animales muy curiosos que inspeccionan los olores, ruidos y objetos para determinar si son comestibles o para jugar. Al erguirse, incorporándose en sus patas traseras, podrán conseguir mayor información de sus sentidos del olfato, la vista y la audición. Esta postura es una señal de curiosidad, no de agresión.

Además, los osos son habitualmente activos desde el amanecer hasta el anochecer, pero pueden ser vistos en cualquier momento del día o de la noche. En muchos lugares frecuentados por humanos, los osos podrán adoptar un comportamiento nocturno a fin de evitar cualquier interacción con las personas. No obstante, algunos ejemplares se han habituado a la presencia de los seres humanos con el fin de acceder a algunas fuentes de comida, como por ejemplo los vertederos de basura.

Osos, animales curiosos

Animales sociables que interactúan

Otro rasgo que destaca de estos animales es su sociabilidad. Los osos son descritos a menudo como seres asociales, en comparación con los lobos, los chimpancés o los leones, pero utilizar este término para describirlos es incorrecto. Mientras que los osos no viven en grupos familiares extendidos ni se asocian en manadas, ellos pueden coexistir muy cerca entre sí e incluso formar alianzas y relaciones amistosas (se conoce que algunos osos adultos pueden hacer de mentores para ejemplares jóvenes sin relación de parentesco alguno, llegando a formar grupos de dos o más integrantes).

Los osos de una región determinada pueden ser familiares entre sí y llegar a interactuar a través de una serie de intercambios sociales muy complejos. Algunos de estos animales pueden llegar a establecer ciertas afinidades, mientras otros simplemente no toleran la presencia de nuevos compañeros en sus dominios.

No son animales territoriales

A pesar de lo anterior, los osos no son animales territoriales. Un animal territorial es aquel que mantiene a otros miembros de su especie alejados de un área determinada. En este sentido, los lobos y los primates son territoriales. Los osos en cambio, y al igual que los humanos, comparten sus territorios con otros ejemplares. Este uso mutuo de la tierra y los recursos, es la base para el comportamiento social del oso.

Al igual que con otros miembros de su mismo género, los osos logran habituarse a la presencia de los humanos. Debido a que los recursos alimenticios abundantes pueden encontrarse en una misma localización (el salmón en las corrientes de los ríos o las bayas en las laderas de montaña), los osos han evolucionado su comportamiento, lo que les permite tolerar a otros ejemplares en distancias relativamente cortas. Este comportamiento se transfiere a su relación con los seres humanos: si no son acosados, los osos se habituarán a las personas de la misma manera que lo hacen entre sí.

Jerarquía de dominación

Por otra parte, los osos viven en una jerarquía de dominación basada en la edad de los individuos, el tamaño y su temperamento. Los machos adultos se encuentran en la cima de la estructura, mientras que los jóvenes y cachorros permanecen en un nivel inferior. Para establecer y mantener su posición social y lugar en la jerarquía, estos animales podrán asumir una postura desafiante o actuar agresivamente. Las hembras y los ejemplares jóvenes son casi siempre sumisos ante el adulto más grande, aunque pueden poseer una jerarquía más desarraigada dentro del grupo.

Además, los osos reaccionan a cualquier elemento nuevo dentro de su entorno. Estos nuevos objetos o situaciones a menudo asustan a los osos, lo que algunos especialistas denominan “respuesta ante objetos extraños”. Tras el asombro inicial, los osos procederán a investigar lo que los alarmó. Sin embargo, esto no se considera un acto agresivo y no debe ser tomado como tal.

Estos animales no siempre se encuentran en alerta. Los osos pardos adultos, no siempre son conscientes de lo que sucede a su alrededor, y de esta manera, cualquier individuo siguiendo un rastro no siempre mirará hacia delante, por lo que podrá encontrarse distraído ante una fuente de comida o no ser capaz de oír los sonidos que produce un torrente de agua o una fuerte corriente de aire. Por esta razón, un oso podrá equivocarse con una persona confiada y asustarse inconscientemente. 

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